Hay momentos que condensan las esperanzas e ilusiones de muchos años y mucha gente. El proceso político de los últimos tiempos ha abierto la posibilidad del cambio. El 15M y la Primavera Valenciana pusieron sobre la mesa que las instituciones estaban en manos de gobernantes que las usaban en beneficio propio y de sus amiguetes. Ha habido una separación creciente entre la clase política y la ciudadanía. Cuando los políticos han tenido que escoger entre rescatar a la ciudadanía o a los poderosos no han dudado en traicionar a quienes les habían votado, dando la espalda a las demandas de la gente. Las decisiones se han presentado como inevitables, auténticos dictados obligatorios de los poderes que no se presentan a las elecciones. Esta situación de expropiación de la democracia hacía necesario que gente corriente diera un paso adelante para recuperar las instituciones y ponerla al servicio de todas las personas. El 24 de mayo dimos un primer paso que hay que continuar.

“Somos el Pueblo”, les repetíamos. Somos esa comunidad de personas que madrugan cada día para hacer funcionar el país. Nosotros somos las madres, los maestros, las emprendedoras, los dependientes, las camareras. Somos los que sufrimos para llegar a fin de mes, los que tenemos cada día la amenaza del desempleo, o de tener que cerrar la empresa. Somos los vecinos que convivimos pared con pared. Somos los perjudicados por esas políticas que ahora podemos cambiar: los que hemos visto bajar los salarios y aumentar la temporalidad, caer las becas y subir las tasas de la universidad, congelar pensiones y aumentar los impuestos, empeorar los servicios públicos y no cobrar la dependencia; los que hemos visto cómo esos recursos recortados iban al pozo de la deuda y a los bolsillos de los políticos y cómo todo el modelo social que habían construido nuestras madres y padres lo estaban destruyendo en contra de los intereses y la voluntad de la gente. Somos el pueblo y no queremos nunca más unas instituciones que gobiernen contra nosotros.

Las elites valencianas tienen un proyecto de país muy alejado de las necesidades de la ciudadanía. Su apuesta de convertirnos en la playa de Madrid ha colapsado por insostenible e injusta. La herencia que nos han dejado ha sido una sociedad empobrecida, un modelo económico agotado por su orientación hacia el ladrillo y la especulación, unas instituciones de segunda con poca capacidad de hacer políticas por la falta de recursos. Su proyecto de región sumisa ha vendido una y otra vez los intereses de los valencianos y valencianas, empeorando así las condiciones de vida de la mayoría. El viejo recurso del Levante Feliz ya no les sirve para tapar las miserias que han generado.

Las elites de hoy no son diferentes de las de ayer: sus lealtades no están con los valencianos. Sólo responden a una patria: su patrimonio. Para conservar sus privilegios siempre han hecho lo que hiciera falta: en el pasado no dudaron en abandonar la lengua y ahora no han dudado en actuar como una mafia que ha saqueado el país a base de especulación y corrupción. El cierre de RTVV y la tolerancia con la infrafinanciación estructural son dos caras de la misma política profundamente antivalenciana.

Nosotros venimos de otra tradición: la de las valencianas y valencianos que han sudado para construir un futuro para los suyos. Somos la gente corriente la que hemos mantenido en pie esta comunidad, antes y ahora. Lo hemos hecho cuando hicimos brotar de la tierra arroz y naranjas y trasformamos la nieve en helados y la ojalata en juguetes. Lo hemos hecho cuando hemos parado los desahucios y hemos tejido una red potente de defensa de los servicios públicos. Lo hemos hecho desde los talleres clandestinos del textil y el calzado del Baix Vinalopó y las industrias de Sagunt. Ahora tenemos la generación más preparada y la experiencia de los que siempre lo han dejado todo para garantizar que el pan entrara a cada casa, para poner en pie un proyecto de país para todas las personas.

Durante un tiempo, los gobiernos del PP nos han hecho avergonzarnos de ser valencianos. No queremos nunca más tener que bajar la cabeza por ser la región de la corrupción. Queremos estar orgullosos de ser el país que garantiza la gratuidad de los libros escolares. Los valencianos somos los que nos dejamos la piel en hacer que esta sociedad funcione y no los que se han encargado de saquearla, venderla y hundirla. Las valencianas somos una comunidad de iguales y no unas elites que lo quieren todo en manos de unos pocos.

Desde Morella hasta Orihuela, pasando por Requena y Alicante, la gente que habitamos este territorio aspiramos a un proyecto de futuro en común. Nos reconocemos como una comunidad plural con dos lenguas y dos denominaciones. Nos queremos como una sociedad donde todos tengan oportunidad de prosperar, vengan de donde vengan y hablen como hablen. En el pasado las disputas estériles por banderas y nombres nos hicieron débiles, obteniendo una autonomía de segunda y un estado del bienestar devaluado. De tanto ofrecer las glorias que no tenemos nos hemos convertido en la autonomía más endeudada. Las élites han querido que nos arrodilláramos; nosotros decimos que queremos una relación de igualdad como uno de los pueblos que forma la España plurinacional.

Insistimos: las condiciones para el cambio están dadas. Pero este no es ni inevitable ni irreversible. El 24 de mayo dimos un primer paso que ya está dando frutos; ahora toca cerrar este ciclo electoral articulando el espacio democrático que es socialmente mayoritario. Son tiempos de cambio y eso requiere nuevas herramientas. El presente acuerdo asienta unas bases sólidas para construir herramientas capaces de materializar las demandas de la gente. Es un acuerdo inédito al representar una gran alianza de futuro entre organizaciones, partidos, sindicatos, movimientos sociales, plataformas y ciudadanía. Las personas firmantes queremos lanzar un mensaje: tenemos el mismo proyecto de futuro para la sociedad valenciana. Venimos de sitios muy diferentes y en el pasado hemos votado a partidos distintos, pero ahora nos une una idea fuerte: un proyecto de país para todos y todas, opuesto a la sociedad de privilegiados que los que gobernaban la Generalitat y todavía gobiernan el Estado quieren. La voluntad de una mayoría de valencianos va por otros caminos:

*Recuperar y ampliar el Estado del Bienestar equiparándolo a niveles europeos.
*Rescatar la democracia para que nunca más las políticas que nos afectan estén decididas por élites que no se presentan a las elecciones.
*Impulsar la trasparencia, la participación y la honestidad en el funcionamiento de las instituciones, desterrando la corrupción, el nepotismo y el despilfarro.
*Garantizar los derechos sociales para que todas las personas tengan cubiertas las necesidades básicas y puedan acceder a las mismas oportunidades de futuro.
*Impulsar políticas efectivas de igualdad, que combatan la exclusión social y eliminen cualquier discriminación de género.
*Adoptar la sostenibilidad como principio rector de la sociedad, la economía y el medio ambiente.

Por eso apostamos por un cambio en la orientación de las políticas públicas:

1.- Las actuales políticas de austeridad son estériles económicamente y generadoras de sufrimiento y exclusión social. La forma de reactivar la recuperación para todos no es recortar sino destinar recursos públicos a generar actividad económica en sectores sostenibles. La reducción del déficit público (de la Generalitat Valenciana, del Estado) ha de estar subordinada a la aplicación de políticas de desarrollo económico.

2.- La inversión social pública ha de equipararse a los estándares europeos. El Estado del Bienestar valenciano ha sido de segunda, con un gasto inferior al español y al europeo. La Comunitat Valenciana tiene que recuperar la senda de convergencia social con el modelo social avanzado del norte de Europa. Los derechos sociales tienen que contar con suficiencia presupuestaria para implementarlos. Por eso son necesarios 3 elementos: (1) la quita de la parte de la deuda de la Generalitat con el Estado correspondiente a la infrafinanciación, (2) la negociación de un nuevo sistema de financiación centrado en la corresponsabilidad fiscal y (3) la derogación del artículo 135 de la Constitución Española.

3.-La auditoría ciudadana es la fórmula para determinar los efectos de las medidas económicas de años anteriores y la responsabilidad en la deuda y en el rescate bancario. Además es imprescindible una reforma fiscal profunda que ha de basarse en garantizar recursos suficientes para hacer sostenible el gasto público, redistribuir hacia los que menos tienen y eliminar los privilegios de unos pocos. Es necesario equiparar la tributación efectiva de grandes empresas y grandes patrimonios al resto de la población para hacer efectiva la progresividad. Hay que combatir enérgicamente el fraude fiscal y promover un marco tributario europeo capaz de gravar los flujos de capital y acabar con los paraísos fiscales.

4.-Las instituciones públicas han de gestionar los recursos públicos de forma eficiente y trasparente. Por eso hacen falta mecanismos eficaces para combatir la corrupción, el clientelismo, los privilegios de los amiguetes y el despilfarro de recursos. Así mismo las instituciones públicas han de tener un papel activo en la vida económica, regulando el mercado, redistribuyendo las rentas, produciendo servicios fundamentales, estabilizando las fluctuaciones y guiando el desarrollo. La idea extrema del libre mercado ha de sustituirse por un paradigma mixto: el mercado y el estado han de actuar como instituciones complementarias para la generación de bienestar para todos

5.-Las actividades básicas para la existencia humana han de estar fuera de la lógica de los beneficios. Queremos que sean las instituciones públicas las que proporcionen la sanidad, la educación, las pensiones, la dependencia y las coberturas sociales. Apostamos también por un papel activo de los sectores no lucrativos (el Estado y el 3r sector) en sectores estratégicos como los transportes, la energía y el agua, las telecomunicaciones y la vivienda. Los derechos de ciudadanía no pueden estar subordinados a los intereses lucrativos de unos pocos. Es necesario ir hacia una sociedad inclusiva que sustituya el concepto asistencial actual por una concepción universal de garantía de derechos.

6.- El sector financiero es un actor central per al desarrollo económico i social que ha de tener una regulación pública efectiva. Además, la existencia de una banca pública es fundamental para que el sistema financiero esté al servicio de las necesidades de la economía real. Es necesaria una refundación del BCE, situándolo dentro de los parámetros democráticos y habilitándolo para estimular la creación de ocupación y desarrollo.

7.-No hay salida de la crisis sin un modelo productivo que afronte la transición ecológica hacia las renovables y los sectores verdes y la modernización de la estructura económica apostando por la innovación en la línea de los modelos avanzados del norte de Europa. Por eso, necesitamos una política industrial activa que estimule la consolidación de actividades con futuro, enterrando el modelo de especulación inmobiliaria y turismo de baja calidad que nos ha llevado a la crisis. Es necesario asegurar las inversiones necesarias para combatir el paro estructural.

8.- Las sociedades del siglo XXI deben estar basadas en las igualdades. La desigualdad social socava la democracia. La tendencia polarizadora que hemos sufrido en décadas anteriores ha de ser revertida con la redistribución fiscal y con una política de rentas que incrementen progresivamente los salarios. Por eso es necesaria una nueva reforma laboral capaz de conjugar la estabilidad con la flexibilidad, los aumentos salariales con los incrementos de productividad, avanzando hacia una mayor implicación de los trabajadores en la toma de decisiones. La desigualdad de género es una vergüenza para una sociedad avanzada. Hay que continuar avanzando para que los salarios, las condiciones de trabajo, los derechos y la protección vital no sean diferentes para mujeres y hombres. Por eso hay que profundizar en las políticas de conciliación familiar. Frente a un modelo donde cada uno tiene su sitio, trabajamos por una sociedad donde todos los sitios son de todo el mundo.

9.- La democracia es el pilar central de nuestra sociedad. El secuestro del derecho a decidir de la ciudadanía por poderes que no se presentan a las elecciones debe ser revertida. Todas las políticas que afecten a la ciudadanía deben ser decididas por ella. Existen las condiciones para avanzar hacia procesos de toma de decisiones más participativos, dando voz a la sociedad civil y ampliando las cuestiones sometidas a votación directa de la ciudadanía. Muchas de las políticas están ligadas a instituciones europeas, que la actual arquitectura institucional sitúa en un terreno no-democrático (un ejemplo del cual es la negociación del TTIP). Es necesaria una reforma a fondo de la Unión Europea y la zona Euro, situándola dentro de los parámetros de la democracia y el estado del bienestar. Queremos más Europa (fiscalidad y presupuestos comunitarios) pero sólo si eso significa más democracia y derechos para todos.

10.-La constitución de 1978 ya no es capaz de garantizar los derechos y las políticas a las que aspirábamos. Es necesario impulsar un proceso constituyente basado en el protagonismo de la ciudadanía. Hace falta una nueva articulación territorial del estado que permita la ensambladura de la plurinacionalidad. Queremos nuevas instituciones más trasparentes, más eficientes y más abiertas a la participación. Queremos un blindaje efectivo de los derechos sociales.

Las personas que firmamos este acuerdo somos conscientes de que las elecciones de diciembre no sólo decidirán quién ocupará la silla de uno u otro gobierno sino que marcarán el rumbo del Estado para las próximas generaciones y, por tanto, son de una transcendencia absoluta para el País Valencià. Los y las valencianas hemos sido demasiado tiempo invisibles. Ahora nos toca hablar. Por nosotros, por todas, por todos. ¡Es el momento!

Valencia, octubre de 2015

Acord Ciutadà pel Canvi

Hi ha moments que condensen les esperances i il•lusions de molts anys i molta gent. El procés polític dels darrers temps ha obert la possibilitat de canvi. El 15M i la Primavera Valenciana posaren sobre la taula que les institucions estaven en mans de governants que les usaven en benefici propi i dels seus amiguets. Hi ha hagut una separació creixent entre la classe política i la ciutadania. Quan els polítics han hagut de triar entre rescatar als ciutadans o als poderosos no ha dubtat en trair a qui els havia votat, donant l’esquena a les demandes de la gent. Les decisions s’han presentat com a inevitables, autèntics dictats obligatoris dels poders que no es presenten a les eleccions. Aquesta situació d’expropiació de la democràcia feia necessari que gent corrent donara un pas avant per a recuperar les institucions i posar-les al servei de totes les persones. El 24 de maig vam fer un primer pas que cal continuar.

“Som el Poble”, els repetíem. Som eixa comunitat de persones que matinem cada dia pera fer funcionar el país. Nosaltres som les mares, els mestres, les emprenedores, els dependents, les cambreres. Som els que patim per a arribar a final de mes, les que tenim cada dia l’amenaça de l’atur o d’haver de tancar l’empresa. Som els veïns que convivim paret amb paret. Som els perjudicats per eixes polítiques que ara podem canviar: els que hem vist baixar els salaris i augmentar la temporalitat, caure les beques i pujar les taxes de la universitat, congelar les pensions i augmentar els impostos, empitjorar els serveis públics i no cobrar la dependència; les que hem vist com eixos recursos retallats anaven al pou del deute i les butxaques dels polítics, i com tot el model social que havien construït les nostres mares i pares l’estaven destruint en contra dels interessos i la voluntat de la gent. Som el poble i no volem mai més unes institucions que governen contra nosaltres.

Les elits valencianes tenen un projecte de país molt allunyat de les necessitats dels ciutadans. La seua aposta de convertir-nos en la platja de Madrid ha col•lapsat per insostenible i injusta. L’herència que ens han deixat ha segut una societat empobrida, un model econòmic esgotat per la seua orientació cap a la rajola i l’especulació, unes institucions de segona amb poca capacitat per a fer polítiques per la manca de recursos. El seu projecte de regió submisa ha venut una i altra vegada els interessos dels valencians, empitjorant així les condicions de vida de la majoria. El vell recurs del Levante Feliz ja no els serveix més per a tapar les misèries que han generat.

Les elits de hui no són diferents de les d’ahir: les seues lleialtats no estan amb els valencians. Només responen a una pàtria: el seu patrimoni. Per a conservar els seus privilegis sempre han fet el que ha calgut: en el passat no dubtaren en abandonar la llengua i ara no han dubtat en actuar com una màfia que ha saquejat el país a base d’especulació i corrupció. El tancament de RTVV i la tolerància amb l’infrafinançament estructural són dues cares de la mateixa política profundament antivalenciana.

Nosaltres venim de tota una altra tradició: la de les valencianes i valencians que han suat per construir un futur per als seus. Som la gent corrent la que hem mantingut en peu esta comunitat, abans i ara. Ho hem fet quan vam fer brotar de la terra arròs i taronges i vam transformar la neu en gelats i la llauna en joguets. Ho hem fet quan hem parat desnonaments i hem teixit una xarxa potent de defensa dels serveis públics. Ho hem fet des dels tallers clandestins del tèxtil i calçat del Baix Vinalopó i les indústries de Sagunt. Ara tenim la generació més preparada i l’experiència dels qui sempre ho han deixat tot per a garantir que el pa entrara a cada casa per a posar en peus un projecte de país per a totes les persones.

Durant un temps, els governs del PP ens han fet avergonyir-nos de ser valencians. No volem mai més haver de baixar el cap per ser la regió de la corrupció. Volem estar orgullosos de ser el país que garanteix la gratuïtat dels llibres escolars. Els valencians som els que ens deixem la pell en fer que esta societat funcione i no els que s’han encarregat de saquejar-la, vendre-la i enfonsarla. Les valencianes som una comunitat d’iguals i no unes elits que ho volen tot en mans d’uns pocs.

Des de Morella fins a Oriola, passant per Requena i Alacant, la gent que habitem este territorio aspirem a un projecte de futur en comú. Ens reconeixem com una comunitat plural, amb dues llengües i dues denominacions. Ens volem com una societat on tots tinguen oportunitats de prosperar, vinguen d’on vinguen i parlen com parlen. En el passat, les disputes estèrils per banderes i noms van fer-nos dèbils, obtenint una autonomia de segona amb un estat del benestar devaluat. De tant d’ofrenar les glòries que no tenim ens hem convertit en l’autonomia més endeutada. Les elits han volgut que ens agenollàrem; nosaltres cridem que volem una relació d’igualtat com un dels pobles que forma l’Espanya plurinacional.

Insistim: les condicions per al canvi estan donades. Però este no és ni inevitable ni irreversible. El 24 de maig vam fer un primer pas que ja està donant fruits; ara toca tancar este cicle electoral articulant l’espai democràtic que és socialment majoritari. Són temps de canvi i això requereix de noves eines. El present acord assenta unes bases sòlides per a construir eines capaces de materialitzar les demandes de la gent. És un acord inèdit al representar una gran aliança de futur entre organitzacions, partits, sindicats, moviments socials, plataformes i ciutadania. Els signants volem llançar un missatge: tenim el mateix projecte de futur per a la societat valenciana. Venim de llocs molt diferents i en el passat hem votat a partits diversos, però ara ens uneix una idea forta: un projecte de país per a tots oposat a la societat de privilegiats que els que governaven la Generalitat i encara governen l’Estat volen. La voluntat d’una majoria de valencians va per altres camins:

*Recuperar i ampliar l’Estat del Benestar equiparant-lo als nivells europeus.
*Rescatar la democràcia per a que mai més les polítiques que ens afecten estiguen decidides per elits que no es presenten a les eleccions.
*Impulsar la transparència, la participació i la honestedat en el funcionament de les institucions, desterrant la corrupció, el nepotisme i el balafiament.
*Garantir els drets socials per a que totes les persones tinguen cobertes les necessitats bàsiques i puguen accedir a les mateixes oportunitats de futur.
*Impulsar polítiques efectives d’igualtat, que combaten l’exclusió social i eliminen qualsevol discriminació de gènere.
*Adoptar la sostenibilitat com a principi rector de la societat, l’economia i el medi ambient.

Per això, apostem per un canvi en l’orientació de les polítiques públiques:

1.- Les actuals polítiques d’austeritat són estèrils econòmicament i generadores de patiment i exclusió social. La forma d’activar la recuperació per a tots no és retallar sinó destinar recursos públics a generar activitat econòmica en sectors sostenibles. La reducció del dèficit públic (de la GV, de l’Estat) ha d’estar subordinada a l’aplicació de polítiques de desenvolupament econòmic.

2.- La inversió social pública s’ha d’equiparar als estàndards europeus. L’Estat del Benestar valencià ha estat de segona, amb una despesa inferior a l’espanyola i l’europea. La Comunitat Valenciana ha de recuperar la senda de convergència social amb el model social avançat del nord d’Europa. Els drets socials han de comptar amb suficiència pressupostària per implementar-los. Per això, són necessaris 3 elements: (1) la quita de la part del deute de la Generalitat amb l’Estat corresponent a l’infrafinançament, (2) la negociació d’un nou sistema de finançament centrat en la corresponsabilitat fiscal i (3) la derogació de l’article 135 de la Constitució Espanyola.

3.- L’Auditoria ciutadana és la fórmula per a determinar els efectes de les mesures econòmiques dels darrers anys i la responsabilitat en el deute i en el rescat bancari. A més, és imprescindible una reforma fiscal profunda que ha de basar-se en garantir recursos suficients per a fer sostenible la despesa pública, redistribuir cap als que menys tenen i eliminar els privilegis d’uns pocs. Cal equiparar la tributació efectiva de grans empreses i grans patrimonis a la de la resta de la població per a fer efectiva la progressivitat. Cal combatre enèrgicament el frau fiscal i promoure un marc tributari europeu capaç de gravar els fluxos de capital i acabar amb els paradisos fiscals.

4.- Les institucions públiques han de gestionar els recursos públics de forma eficient i transparent. Per això, calen mecanismes eficaços per a combatre la corrupció, el clientelisme, els privilegis dels amiguets i el balafiament de recursos. Així mateix, les institucions publiques han de tenir un paper actiu en la vida econòmica, regulant el mercat, redistribuint les rendes, produint serveis fonamentals, estabilitzant les fluctuacions i guiant el desenvolupament. La idea extrema del lliure mercat s’ha de substituir per un paradigma mixt: el mercat i l’estat han d’actuar com a institucions complementàries per a la generació de benestar per a tots.

5.- Les activitats bàsiques per a l’existència humana han d’estar fora de la lògica dels beneficis. Volem que siguen les institucions públiques les que proporcionen la sanitat, l’educació, les pensions, la dependència i les cobertures socials. Apostem així mateix per un paper actiu del sectors no lucratius (l’Estat i el 3r sector) en sectors estratègics com els transports, l’energia i l’aigua, les telecomunicacions i l’habitatge. Els drets de ciutadania no poden estar subordinats als interessos lucratius d’uns pocs. Cal tendir cap a una societat inclusiva que substituïsca el concepte assistencial actual per una concepció universal de garantia de drets.

6.- El sector financer és un actor central per al desenvolupament econòmic i social que ha de tenir una regulació pública efectiva. A més, l’existència d’una banca pública és fonamental per a que el sistema financer estiga al servei de les necessitats de l’economia real. Cal una refundació del BCE, situant-lo dins de paràmetres democràtics i habilitant-lo per a estimular la creació d’ocupació i el desenvolupament.

7.- No hi ha eixida de la crisi sense un nou model productiu que afronte la transició ecològica cap a les renovables i els sectors verds i la modernització de l’estructura econòmica apostant per la innovació en la línia dels models avançats del nord d’Europa. Per això, ens cal una política industrial activa que estimule la consolidació d’activitats amb futur enterrant el model d’especulació immobiliària i turisme de baixa qualitat que ens ha portat a la crisi. Cal asegurar les inversions necessàries per a combatre l’atur estructural.

8.- Les societats del segle XXI han d’estar basades en les igualtats. La desigualtat social soscava la democràcia. La tendència polaritzadora que hem patit les darreres dècades ha de ser revertida amb la redistribució fiscal i amb una política de rendes que incremente progressivament els salaris. Per això, cal una nova reforma laboral capaç de conjugar l’estabilitat amb la flexibilitat, els augments salarials amb els increments de productivitat, avançant cap a una major implicació dels treballadors en la presa de decisions. La desigualtat de gènere és una vergonya per a una societat avançada. Cal continuar avançant per a que els salaris, les condicions de treball, els drets i la projecció vital no siguen diferent per a dones i homes. Per això, cal aprofundir en les polítiques de conciliació familiar. Front a un model on cadascú té el seu lloc, treballem per una societat on tots els llocs són de tot el món.

9.- La democràcia és el pilar central de la nostra societat. La captura del dret a decidir de la ciutadania per poders que no es presenten a les eleccions ha de ser revertida. Totes les polítiques que afecten els ciutadans han de ser decidides per ells. Existeixen les condicions per a avançar cap a processos de presa de decisions més participats, donant veu a la societat civil i ampliant les qüestions sotmeses a votació directa de la ciutadania. Moltes de les polítiques estan lligades a institucions europees, que l’actual arquitectura institucional situa en un terreny no-democràtic (un exemple del qual és la negociació del TTIP). Cal una reforma a fons de la Unió Europea i la zona Euro, situant-la dins dels paràmetres de la democràcia i l’estat del benestar. Volem més Europa (fiscalitat i pressupostos comunitaris) però només si això significa més democràcia i drets per a tots.

10.- La Constitució del 1978 ja no és capaç de garantir els drets i les polítiques a les que aspirem. Cal impulsar processos constituents en tots els nivells (valencià, estatal, europeu) basats en el protagonisme de la ciutadania. Cal una nova articulació territorial de l’Estat que permeta l’encaix de la plurinacionalitat. Volem noves institucions més transparents, més eficients i més obertes a la participació. Volem un blindatge efectiu dels drets socials.

Les persones que firmem este acord som conscients que les eleccions de desembre no només decidiran qui ocuparà la cadira d’un o altre govern sinó que marcaran el rumb de l’Estat per a properes generacions i per tant, són d’una transcendència absoluta per al País Valencià. Els i les valencianes hem estat massa temps invisibles. Ara ens toca dir la nostra. Per nosaltres, per totes, per tots. És el moment!

València, octubre de 2015